CONTINÚA EL CALVARIO DEL PERIODISTA ANTONIO MOLINA EN EL HOSPITAL TEODORO MALDONADO DEL IESS

Esperamos que la orden de traslado a SOLCA no llegue tarde

CONTINÚA EL CALVARIO DEL PERIODISTA ANTONIO MOLINA, EN EL HOSPITAL TEODORO MALDONADO CARBO, DEL IESS.

 

*Los fines de semana los enfermos quedan abandonados a la gracia de Dios, porque los médicos de “guardia” brillan por la ausencia.

 

Con promesas de traslado a SOLCA, la falta de cuidado especializado, sin medicinas (porque todo tienen que comprar afuera) y el quemeimportismo de ciertos médicos -no todos-, continúa el calvario del editorialista político Antonio Molina Castro, en el hospital Teodoro Maldonado Carbo, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, al sur de la ciudad.

 

No es posible que, en este centro asistencial, luego de tres intenciones para una microcirugía de Nefrostomía, todavía esté a la espera, como si algo urgente pudiese esperar, hasta que le toque el turno.

Primero estuvo agendado para el lunes 2, luego el miércoles 4, después el 5 de junio y hasta la fecha no pueden hacerlo, demostrando la falta de empatía con este caballero del periodismo, de gran trayectoria en la Perla del Pacífico.

 

Quizás, los galenos, enfermeros y personal administrativo, prefirieron ver el encuentro de fútbol entre Ecuador y Brasil, que “perder el tiempo con los pacientes”.

 

Este es el trato inhumano que brindan a los activos y jubilados, no solo allí, sino en todos los centros médicos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.

 

Recordemos que Molina Castro, acudió por meses a citas con diferentes facultativos, por la consulta externa, hasta que fue internado en el hospital Los Ceibos, casi un mes, hasta el 22 de mayo, donde le practicaron exámenes, biopsias, ecos, etc. etc. para darle “el alta” y que retorne el 8 de julio para “operarlo”, sin siquiera decirle que clase de cirugía le harían esa fecha.

 

A los dos días de “mandarlo a la casa”, el 24 de mayo, sus hijos tuvieron que llevarlo muy descompensado al Teodoro Maldonado Carbo, y empieza otra vez la serie de exámenes, en la “parada de la muerte”, luego en la sala de observación de adultos y al final dejarlo en la sala 140, del primer piso.

 

Ya van dos semanas y cada día empeora su estado, este sábado pasó muy decaído y con fuertes dolores, sin ningún médico de guardia para que le recete algo, con el fin de aliviarle el sufrimiento.

 

Molina de 83 años, siente que su vida se va apagando en la espera de ser trasladado a SOLCA, una institución especializada para contrarrestar este terrible mal y esperamos que no sea demasiado tarde cuando llegue la “orden”, pues creemos que, hasta las diálisis, estarían afectando su cuerpo. 

 

Para colmo, los fines de semana, los enfermos quedan abandonados a la gracia de Dios, porque los médicos destinados a la guardia, no aparecen por ningún lado. 

 

Los ancianos que le dimos el triunfo al Presidente Daniel Noboa Azin, no veremos y no recibiremos ningún beneficio.

 

Seguiremos denunciando este y otros casos de nuestros seguidores, que escriben a nuestra redacción.