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IESS Y BIESS NO RECONOCEN SERVICIO PÚBLICO A PERIODISTA FRANCISCO MEDINA MANRIQUE

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  El Lcdo. Francisco Medina Manrique, en el despacho, como Gobernador de la Provincia del Guayas (e). (Julio 1992).   UNA VIDA DE SERVICIO PÚBLICO NO RECONOCIDA POR EL IESS Y EL BIESS     Por Walter González A.   Bien se ha dicho que el ejercicio periodístico, sacrificado y tenaz, peor si es investigador del poder público o privado, no da réditos, y en la senectud, el agravio y el desprecio a la vida humana, es su mejor carta de presentación.   Eso es lo que le ha ocurrido al conocido y apreciado periodista, ex profesor universitario y hombre público, el Lcdo. Francisco Medina Manrique, graduado en el año 1966, de Bachiller en Humanidades Modernas, en el centenario plantel guayaquileño “Vicente Rocafuerte”, donde se destacó como deportista, y después, al graduarse como periodista profesional, en la Escuela de Ciencias de la Información, (Periodismo), adscrita a la Facultad de Filosofía, Letras, y Ciencias de la Educación, de la Universidad de Guayaquil, promoción del año 1972, siendo

CARTA ABIERTA DE PERIODISTA FRANCISCO MEDINA MANRIQUE A LA CORTE CONSTITUCIONAL, CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, DIRECTIVOS DEL IESS Y BIESS

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                                                            Lcdo. Francisco Medina Manrique, periodista profesional                                         CARTA ABIERTA A:   - H. MAGISTRADOS DE LA H. CORTE CONSTITUCIONAL. - H. MAGISTRADOS DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. - DIRECTIVOS DEL INSTITUTO ECUATORIANO DE SEGURIDAD SOCIAL, IESS-BIESS. - REPRESENTANTES DE LA COMISIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS.   Soy ciudadano ecuatoriano, natural del cantón Salinas, hoy Provincia de Santa Elena, de 77 años de edad, jubilado, graduado de Periodista en la U. de Guayaquil, en el año 1972, y durante más de 30 años, ejerciendo la profesión en medios de comunicación colectiva, desempeñando funciones profesionales en Departamentos de Relaciones Públicas, en instituciones públicas y privadas, y como catedrático universitario.   Lamentablemente, en esta etapa de mi vida, y la de mi esposa, que debería ser de júbilo, se ha convertido en una etapa de martirio, dolor y frustración,