CUATRO AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE DON ELOY EUSTORGIO INTRIAGO INTRIAGO, EL HIJO PREDILECTO DE JUNIN
HOY RECORDAMOS 4 AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE DON ELOY EUSTORGIO INTRIAGO INTRIAGO, EL HIJO PREDILECTO DE JUNÍN.
Hoy recordamos con infinita tristeza, el cuarto aniversario del prematuro fallecimiento del reconocido empresario avícola don Eloy Eustorgio Intriago Intriago, el hijo predilecto de Junín, fundador y gestor de grandes empresas y un hombre solidario y humano en todo el sentido de la palabra, quien recibió el cariño y la admiración del pueblo que lo vio nacer y que lo acompañó hasta el último instante de su vida. Por este motivo se celebraron misas por el descanso eterno de su alma.
Junín, su pueblo, le lleva en el alma y el monumento en su honor el “Paso Cultural Industrial Eloy Intriago Intriago”, es el legado más grande para las futuras generaciones de juninenses.
UN EJEMPLO DE VIDA.
Don Eloy fue desde lustrabotas hasta raspador de hielo, se inició hace más de tres décadas en la avicultura, apostando por la tecnología para después convertirse en el primer productor de huevo a nivel nacional.
La muerte del empresario juninense conmocionó a Manabí, pues familiares y amigos expresaron que recordarán por siempre los logros de Intriago, quien cuenta en sus empresas, una nómina de 800 empleados, dos millones de aves ponedoras y su producción anual supera los diez millones de pollos.
SU FAMILIA
Fue un 23 de junio del año 1963, en el sitio Río Frío del Cantón Junín, cuando en el calor del humilde hogar del señor Atahualpa Intriago y la señora Graciela Intriago, nació su primer hijo: Don Eloy.
Creció rodeado de sus hermanos: Elvis, Carlos, Neyla, Darío, Deyny y Jorge; y, como todo niño, con inquietudes y ganas de descubrir las maravillosas cosas que el mundo tenía para él.
Desde los 5 años empezó a buscar la forma de llevarse honradamente una monedita al bolsillo, destacándose por ser un niño que le gustaba ahorrar; vendía hielo raspado con jarabe, y su mamá lo apoyaba haciendo bolos para que él los vendiera, además recordaba, que sus padres todos los lunes le daban el dinero para los gastos de la semana en la escuela y a pesar de ser niño, con ganas de comerse un helado o comprarse una galleta, prefería guardar su dinero en lugar de gastarlo.
LUSTRADOR DE ZAPATOS
A los 7 años de edad, empezó a lustrar zapatos, vendía mamey mata serrano y poco después optó por levantarse desde muy temprano para recoger el café que quedaba en las cáscaras cuando cogían la cosecha en la pequeña finca de sus padres; en esta actividad le fue muy bien, tal es así que lo que iba recaudando lo guardaba en carruzos de caña, que él mismo hacía y utilizaba como alcancías.
Siempre fue una persona cariñosa, de buenos sentimientos, no toleraba la injusticia, trataba de dar hasta lo que no tenía por mostrar afecto hacia los demás, le gustaba conversar mucho y compartir con gente mayor, por lo general no se unía a los grupos de niños de su edad, a pesar de ser un pequeño travieso.
VIAJA A GUAYAQUIL.
A los 12 años de edad, le dijo a su mamá que lo dejara ir a Guayaquil en los carros del tío Óscar que viajaban constantemente, y fue así como a su regreso, lo vio subir la escalera con una plancha y un ventilador que era más grande que él, ese fue el primer regalo que le hizo a su querida madre con el fruto de su esfuerzo; detalle que la llenó de gran orgullo y admiración.
Sus padres desde pequeño, le inculcaron valores de vida y siempre dieron buenos ejemplos. A los 15 años, se desempeñó como cuadrillero, poco después, por sus méritos ascendió a jefe de cuadrilla en el comercio de su tío Óscar Intriago Reyes, quien por su honradez y responsabilidad le entregó el puesto de chofer del tanquero de la gasolinera que tenían en sociedad con su papá; sacó su licencia de conducir y empezó a transportar el combustible desde la distribuidora que quedaba en Tarqui – Manta. En ese trabajo estuvo casi siete años, se hizo amigo de muchos choferes, mismos que lo llamaban cariñosamente “El Tiernito” por ser el más joven de aquel grupo.
Nunca desmayó y se mantenía activo, es por esto que optó por dedicarse algún tiempo a la agricultura e hizo desmontes para sembrar maíz, tomate, sandía, entre otros.
DUEÑO DE GASOLINERA
Tenía 26 años de edad, cuando con el esfuerzo de su trabajo, llegó a adquirir el capital suficiente para comprar las acciones de ambos socios y se hizo único propietario de lo que hoy en día es la Gasolinera Junín.
Con las rentas que le aportaba la gasolinera decidió hacer otras inversiones en el campo avícola, tales como la construcción del primer galpón de aves ponedoras que ubicó en la parte de atrás de su domicilio.
JOVEN VISIONARIO
Compró un terreno en el sitio Pechichal Afuera y empezó a construir los galpones que conformaban la Granja # 01, con las utilidades que obtuvo compró otro terreno ubicado a los lados de la primera granja donde poco a poco fue creciendo en su nueva actividad y a esta granja la denominó Granja # 02, posteriormente instaló su propia planta para la elaboración de alimento balanceado, el 10 de mayo de 1995.
En el año 1997 – 1998, tuvo que enfrentar momentos muy duros, tanto en el negocio de la Gasolinera, como de la avicultura, debido al Fenómeno “El Niño”, en donde la situación se tornó difícil, por las fuertes lluvias que afectaron en aquel entonces, destruyendo gran parte de las carreteras, lo que dificultaba el traslado de los productos en general.
UN HOMBRE CON MENTALIDAD POSITIVA
Pero como decía don Eloy: “el hombre nunca termina de aprender” y “cada uno es lo que quiere ser”, él siguió adelante con sus proyectos, siempre con una mentalidad positiva, mirando hacia el futuro.
La necesidad de ser un hombre de bien, útil a nuestra sociedad, hizo que día a día luche incansablemente, se levantaba desde tempranas horas, para seguir progresando en su negocio, con ideas nuevas, renovadoras y con una mente lúcida para solucionar los problemas que se presentaron.
GRAN LEGADO A LOS JUNINENSES
En la actualidad, gracias a su trabajo incansable deja un gran legado, puesto que muchas personas se benefician directa o indirectamente de los frutos que brotaron de lo que con tiempo él sembró, se incrementaron muchas fuentes de trabajo, dando estabilidad económica y por qué no decir emocional, a muchas familias que tanto lo necesitaban, los clientes, las personas que comercializan los productos, los transportistas, en fin, aportó con un granito de arena incrementando el movimiento económico, en nuestro cantón, la provincia y el país en general.
Por ello, los juninenses se sienten altivos del gran legado que deja don Eloy, pues con su sencillez logró coleccionar muchos triunfos en la vida, siendo quien fue, un humilde servidor de nuestra sociedad, siempre trabajando y pensando en el bienestar de los demás.
Descanse en paz don Eloy, usted hizo mucho por su pueblo, convirtiéndose en un ejemplo de superación para el país y el mundo, especialmente para su familia y quienes le conocieron.
¡¡¡Dios le tenga en su gloria!!
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