¡AVE IESS, LOS QUE VAMOS A MORIR TE SALUDAN !, EDITORIAL DEL PERIODISTA ANTONIO MOLINA, JUBILADO QUE REQUIERE UNA CIRUGÍA
En carne propia
¡AVE IESS, LOS QUE VAMOS
A MORIR TE SALUDAN!...
*Cuando creí que mi tragedia terminaba, que al fin se daba la derivación quirúrgica, gente perversa movió sus influencias negativas para que el IESS me siga considerando el paciente 12.564
Por ANTONIO MOLINA.
La expresión latina Alea jacta est, que significa que "la suerte está echada", que no hay ya nada que hacer, es utilizada con frecuencia para indicar que ya no es posible cambiar el rumbo de los acontecimientos o volver atrás ante una decisión importante, que ha sido tomada de manera irresponsable y negligente, pese a estar en juego la vida misma. En esta situación me encuentro, aunque anímicamente quieren taparme la boca con una mofa por reclamarle públicamente al IESS de Ecuador que no atente más contra mi vida, que es el derecho fundamental a existir.
La expresión Alea jacta est se originó cuando Julio César la pronunció antes de cruzar el Rubicón con su ejército. El Rubicón era un río que separaba las tierras de César como gobernador de las Galias del resto de Italia. Cruzar el Rubicón era una ilegalidad que implicaba iniciar una guerra civil contra la República. La palabra alea significa "dados" o "juegos de azar".
Me explico mejor para que entiendan la patraña: Mis chequeos médicos periódico (cada 3 meses) me los hacía en la consulta externa del Hospital del IESS de los Ceibos. Tras la pandemia cambié de domicilio y fui a vivir en La Joya, en norte, en la conurbación de Daule, Salitre y Samborondón. TOTALMEDIC, operadora externa del IESS, en el sector de la Aurora asumió esos chequeos, sobre todo los cardíacos, otorgados con excelencia. Ellos detectaron mi dolencia en el tracto urinario, efectuaron exámenes y pruebas determinando hiperplasia prostática y estenosis de uretra anterior que AMERITA RESOLUCIÓN QUIRÚRGICA, tal como lo afirma en su diagnóstico el urólogo Juan Fernando Mayora Jerez del 30 de octubre del 2024, solicitando al IESS la derivación quirúrgica. En ese momento me convertí en el PACIENTE N° 12.564 del largo listado de cirugías represadas, porque el IESS no opera en sus enormes hospitales y prefiere pagarlas a operadoras externas, donde está la explicación sombría de las razones (morales y económicas) para hacerlo.
Gracias a los buenos amigos, que aún tengo, fueron realizadas algunas gestiones para que la derivación quirúrgica fuera determinada. El 5 o el 6 de enero fueron iniciadas esas gestiones y el día 9 día de enero del 2025 fue autorizada por el médico derivador Dr. Juan Andrés Mora Rosales, quien – seguramente de la mala gana – porque le ordenaron hacer hizo la derivación, pero a un establecimiento médico que NO realiza ese tipo de intervenciones quirúrgica o sea que el fulano “se cagó en la tapa del piano”, como se dice vulgarmente. No se respetó que él ostenta el altísimo rango de “Médico derivador”, donde su voluntad está sobre una disposición de sus superiores y donde, de por medio, está mi vida.
Fuimos a las instalaciones de SURHOSPITAL, donde habíamos sido derivados. Una asistenta recibió la nota de TOTALMEDIC y nos supo decir en términos amables: “El IESS sabe exactamente que nosotros no brindamos este servicio; sin embargo, déjenos este documento y su teléfono. Nos comunicaremos con el IESS y buscaremos una solución a su problema”. Cierto, es mi problema, pero causado por el MÉDICO DERIVADOR.
Nada nos sorprende, así es el Instituto de Seguridad Social, encargado del seguro social en Ecuador. Desde sus directores hasta el último barchilón, no sólo en el área médica, sino también en administración, en pago de pensiones jubilares… Antes de que sucumba por esta mala práctica administrativa del derivador mencionado, viví DOS años sin recibir mis pensiones -de las que aún vivo- porque se le ocurrió a un buen director regional -que por allí ha de andar- que podía incautarme las pensiones (que es mi sueldo de supervivencia) porque mi último patrono inmoral mantenía una deuda de casi un millón de dólares, a quien no le cobraba, pero si le pagaba (hasta ahora) casi 2.000 dólares de pensión jubilar.
Para terminar con la referencia romana, debo de concluir esta nota alzando el brazo derecho, a lo hitleriano, y diciéndole a grito pelado: ¡Ave IESS, los que vamos a morir te saludan!
Definitivamente, esa institución está manejada por verdaderas mafias, las que debieron informarme cuánto me costaba la derivación y tengan la certeza que pagaba por vivir un poco más en la tarea autoimpuesta de encontrar la verdad.
*Esta es la orden de derivación a una clínica que no hace la cirugía requerida: ¿Torpeza o tomadura de pelo?... Puede ser capricho por romper el “círculo virtuoso”.
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