CUANDO FALTA ALGUIEN EN LA MESA, YA NO ES LO MISMO LA FIESTA DE NAVIDAD


 

CUANDO FALTA ALGUIEN EN LA MESA, YA NO ES LO MISMO LA FIESTA DE NAVIDAD.
 
Si no entiendes el por qué a algunas personas no le gusta la Navidad, siéntate y conversa, con el joven que se fue a estudiar al extranjero lejos de su familia y no puede viajar para las fiestas.
 
Los padres que perdieron a su hijo. Como la desaparición de los cuatro menores, hace dos semanas en el sur de nuestra ciudad. Se imaginan ¿cómo estarán sus padres? 
 
Con la madre soltera a quien el dinero no le alcanza para los regalos de sus hijos.
 
Con el padre de familia que perdió su empleo.
 
Con el viejo que está solo y su única compañía es el televisor o una radio.
 
Con la anciana que vive en un asilo y sus familiares no la visitan.
 
Con el enfermo en una cama del hospital.
 
Con la hija, que su madre ya no la reconoce ni a su familia, por el Alzheimer.
 
Con aquella persona que perdió su compañero de vida, un padre, una madre, un hermano, una mascota, alguien muy especial en su vida.
 
Con las personas que viven en la calle con frío, hambre y soledad.
 
Con el militar que tuvo que separarse de su familia para ir a cumplir con su deber en tierras lejanas y con su familia, quienes tendrán un espacio vacío en su cena.
 
No, la Navidad no es la mejor época del año para muchos, aunque quisiéramos.
 
Son muchas las personas que enfrentan diferentes situaciones que han descompensado su salud mental y estas fechas de fiestas lo que logran es exacerbar esos síntomas de desasosiego, incertidumbre, tristeza, soledad o los síntomas de depresión. 
 
Que luchan por salir adelante, pero la tristeza los agarra y los echa hacia atrás. 
 
Cada situación es diferente o individual e igual la manera de sobrellevarlo.
 
En vez de juzgar a aquel que no pone luces o el arbolito, mejor pregúntate, qué puedes hacer o decir para animarlo, de seguro será el mejor regalo que reciba y sin saberlo puede que hasta salves una vida. 
 
En esta época de Navidad, que lo que más brille no sean las luces, sino la humanidad y que los mejores regalos que le hagamos al niño Jesús en su cumpleaños, sean hermandad, compasión, empatía, paz, abrazos y muchas risas.
 
Para ti, que tal vez seas uno de esos, date tiempo para sanar, pásalo como mejor puedas, a tu manera, un día a la vez; no es preocuparse sino ocuparse y si sientes que no puedes solo, busca ayuda, para que comiences un nuevo año con nuevas esperanzas.
 
Y dónde te encuentres...
Espero que estés bien.

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