LLERENA TERMINA SU GESTIÓN EN EL COLEGIO DE PERIODISTAS DEL GUAYAS
Con más pena que gloria
LLERENA TERMINA SU GESTIÓN, EN EL COLEGIO DE PERIODISTAS DEL GUAYAS
Nos acercamos al final del período por el que fue electo el directorio del Colegio de Periodistas del Guayas que preside Alfredo Llerena Guerrero. Han pasado dos años, 2022-2024, y al parecer lo único bueno y perdurable que ha hecho, y no solo él, sino la Comisión de lo social, es la aparición de EL PERIODISTA, un periódico que tanta falta le hacía al gremio de los comunicadores.
Nada más, el resto, unos seminarios, firmas de convenios que jamás llegarán a ejecutarse porque la Universidad de Guayaquil no cumple ni con su alumnado, peor va a cumplir con otras entidades. Si hacemos un balance objetivo, la despreocupación gana y por eso se reserva para si la convocatoria a Asamblea General, que es el máximo órgano del CPG. Debe reunirse este fin de mes, pero Llerena y sus asesores no promocionan su instalación, esperan hacerlo 24 horas antes, para aprobar lo que tienen reservado, que el PERÍODO ADMINISTRATIVO SEA DE TRES AÑOS, con el mínimo de asistentes, amigotes del presidente.
Lo malo, continuaron las fiestas y la entrega de reconocimientos a granel y sin selectividad de méritos, cayendo en la misma historia de los que se fueron, después que criticaron esta actitud de jugar y usufructuar de los valores ajenos.
Es necesaria la participación de todos los socios para que haya un consenso generalizado y analizar quién puede estar al frente del Colegio de Periodistas del Guayas, pues hasta ahora, no ha existido alguien que pueda rescatar lo que queda de la prestigiosa casa de los periodistas. Nos sentimos frustrados, porque este directorio nació con la disposición de rescatar la institución y hoy, a vuelta de dos años, tenemos que arrebatársela de las manos de Llerena.
Debe presidir una persona de amplia trayectoria en el medio, que conozca las preocupaciones del periodista del futuro y que no solo piense en perpetuarse en el cargo, ni siquiera para ejecutar iniciativas propias, sino para la egolatría de ser presidente del CPG.
Estamos de acuerdo con varios compañeros y colegas, que tiene que darse paso a la juventud, pues con la energía y experiencia de la avanzada tecnología, buscar los mecanismos adecuados para financiar en algo los gastos que apremia al CPG, hace años y que se van acumulando.
Por esta razón, es que los socios no se acercan, a cancelar las mensualidades, es que ser socio ya no significa el mismo respeto que tenían en otras décadas, donde si existía, la consideración hacia la profesión y al periodista.
Hay colegas que conocen cómo sacar adelante nuestra institución, pero también hay egoístas que no les interesa el cambio y prefieren tenerlo como un club social prebendario.
Tiene que darse un despertar de conciencia en el periodismo. ¡¡Pero ya!!
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