LOS CHACÓN, UNA DINASTÍA MÉDICA TAN BUENA CON EL BISTURÍ QUE CON LA PLUMA
Destacan en la lírica azuaya
LOS CHACÓN, UNA DINASTÍA MÉDICA TAN BUENA CON EL BISTURÍ QUE CON LA PLUMA
En uno de los tomos, de LÍRICA MÉDICA AZUAYA, un trabajo investigativo del Dr. Aurelio Maldonado Aguilar -que próximamente será presentado al país y especialmente a la comunidad cuencana- encontramos una descripción de la nobleza del doctor LUIS ROBERTO CHACÓN Y RUMBEA, un médico que dejó huellas imborrables en el ejercicio de su humanísima profesión, en Cuenca, cuna de escritores, galenos, periodistas y otros altos exponentes del arte y la literatura.
En esta interesante colección de versos se plasmó el espíritu de decenas de facultativos cuando, en una arrebatada llamada del arte dejaron el filoso bisturí, retirándolo por momentos de su actividad diaria, para sustituirlo por una hermosa y extraña pluma, la fina pluma que con su creación logró hacer volar las musas griegas para convertirlas en observadoras de la vivencia humana, universal y eterna.
Allí está la pluma de Luis Roberto Chacón y Rumbea, quien nació en la Atenas del Ecuador el 13 de enero de 1894; obtuvo su grado de doctor en Medicina, el 20 de enero de 1920. También se destacó en el periodismo y en la lírica, desde sus años mozos.
Los cinco primeros años de ejercicio médico los realizó en la ciudad de Esmeraldas y luego de una corta temporada en Cuenca, se radicó definitivamente en Cañar, donde dejó una estela de beneficios en lo profesional, como titular del hospital de la Capital Arqueológica del Ecuador, como es conocida la población cañarense, atendiendo solícito y solidario a los pobres de este sector austral.
También fue edil, presidente de la comuna cantonal y docente del colegio José Peralta, por tal razón, una escuela de educación básica lleva su nombre. Sus notas periodísticas en los diarios: Alianza Obrera, El Mercurio, Crónica, Nación y El Telégrafo, con el seudónimo “Caballero del Ande”, fueron muy comentadas y elogiadas por la forma como llegaba a los intelectuales azuayos y al pueblo en general.
Escribió poemas desde el año 1916, publicados en Cañar, pues, representaba a un núcleo de auténtica y singular “Casa de la Cultura cantonal”, desde la imprenta El Carácter para el grupo literario Altura. También escribió algunas semblanzas médicas.
Este poeta, que narraba en sus poesías su propia tristeza, su propio dolor, su propia llaga iluminada y sentida en la humildad del campo, dejó de existir el 28 de mayo de 1962, a la respetable edad de 68 años, dejando un gran legado en el periodismo, la ciencia médica y la literatura, con cuadernos cargados de poemas, que aún lo recuerdan en la tierra que lo vio nacer.
El doctor Chacón y Rumbea escribió con armonía e inspiración a su natal Cuenca, con la delicadeza que se merece esta bella ciudad; a su Cañar querido, como también a don Quijote, A la sombra, al Heraldo inmortal, a Julio María Matovelle, a La siembra; además, su pluma exaltó: Añoranza, Cáliz de hiel, Destino, El altar, En la puerta; en fin, una serie de auténticas expresiones de un hombre que, para poner sus suaves manos sobre los dolores ajenos, escribió con mucho sentimiento trasuntando la santa poesía.
La Universidad de Cuenca publicó parte de sus poemas, en el tomo 42, de los cuadernos PRESENCIA DE LA POESÍA CUENCANA, que se encuentran en la biblioteca de este centro de educación superior.
El nombre del Dr. Luis Roberto Chacón y Rumbea se instituyó en una presea, que se otorga a las entidades de servicio de salud que son paradigma de sacrificio, esmero y vocación profesional entregada eficaz, adecuada y oportunamente a la ciudadanía, como se pudo evidenciar en los tiempos de la pandemia, entregándose este honroso galardón al hospital Luis F. Martínez y otras casas asistenciales de Cañar.
El ilustre médico tuvo dos hijos, Luis y Galo Chacón Espinoza, ya fallecidos. A Galo le sobreviven cuatro hijos médicos Chacón-Pazmiño; sus nietos los Silva-Chacón: Marcelo, Fernando y Patricio; y otro Fabara- Chacón.
Los Dres. Marcelo y Fernando Silva Chacón, tienen, el primero, dos hijas médicas y son: Karina y María Belén Silva; y el segundo, igualmente, dos vástagos profesionales de la salud, Francis y Fernando; y, María Celeste, que ostenta el título de Nutricionista.
Además, sus primos, Carlos Luis, Galo (+), Virgilio y Ángel Chacón Pazmiño, son médicos y Luis Chacón Calderón (+), fue Abogado.
Incluso, tuvo cinco hijas, de las cuales, doña Mary Hada Chacón Espinoza (+), fue la madre de los prestigiosos médicos, Silva-Chacón.
Roberto Conde Chacón y Felipe Ochoa De La Cadena, bisnietos del médico-poeta, también ejercen su profesión.
Es evidente que por las venas de sus descendientes, la dinastía continúa, con el servicio a la comunidad desde la sagrada profesión médica y el quehacer lírico de este cuencano que escribió con mucho amor a la bella tierra a la que le entregó todo, hasta el último hálito de su existencia.
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