UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL CONTRATA "SEGURIDAD" CON BANDAS DELICTIVAS
Revelaciones, tras secuestro de decana:
UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL CONTRATA "SEGURIDAD" CON BANDAS DELICTIVAS
• Usa a la mafia del crimen para amedrentar, agredir y perseguir a quienes se oponen a su gestión, demandan eficientes servicios o denuncian corrupción galopante.
Los acontecimientos suscitados la mañana de hoy con el secuestro y posterior liberación de la Dra. María Antonieta Touriz Bonifaz, decana de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Guayaquil, es solo el comienzo de lo que vendrá en esa institución y la punta del iceberg de la podredumbre moral reinante en el principal centro de estudios superiores de la ciudad.
Las graves denuncias presentadas por los mismos profesores que han sido cesados sin razón, estudiantes que revelan la mediocridad pedagógica de sus maestros porque no cumplen con el plan académico y solo se limitan a leer libros, ex servidores que llevan años reclamando la jubilación complementaria sin ser escuchados, hechos inmorales y delictuosos fomentados por quien está al frente de la academia, quien para protegerse contrata guardias de seguridad que pertenecen a las bandas criminales y como ejemplo, quien fue encontrado infraganti en la bahía cuando cobraba vacunas a los comerciantes, entre otros.
Cualquier estudiante, ex alumno universitario o ciudadano común para hablar con el rector o alguna otra autoridad que despache en la llamada “administración central” tiene que solicitar con antelación un código de autorización que lo poseen el solicitante, el rector y la mafia, código que tiene un escaso tiempo de seguridad, con fotografía y antecedentes de quienes procuren servicios administrativos y académicos en la Universidad de Guayaquil.
La Universidad es la única institución pública del país, que está sobre la ley y la moral, que contrata su seguridad con sujetos del hampa organizada, a quienes los utiliza también como guardias de choque, para disolver protestas o atacar a quienes se oponen al Dr. Paco Morán Peña y sus asesores José Albán y Juan Fernández, los que se han dividido la mayoría de las unidades académicas para hacer lo que les venga en gana y colocar a sus panas de la Facultad de Filosofía, en cargos rentables o de fácil exacción o extorsión, con la sombra de la delincuencia organizada.
La delincuencia y la corrupción tienen que terminar en todas las instituciones del estado y más aún en la Universidad de Guayaquil, donde se ha comprobado que quieren desaparecerla para siempre a la noble y centenaria UG. Cuando el crimen organizado haya copado totalmente no sería de sorprenderse que bandoleros hoy en prisión egresen de ella con títulos de abogados, médicos, economistas y periodistas.
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