LA SOBERBIA TAMBIÉN JUEGA..../ EDITORIAL DE ANTONIO MOLINA CASTRO
Está listo el cartel publicitario de la RC para la campaña presidencial.
La Patria boba
La soberbia también juega…
Por ANTONIO MOLINA
• Poner a Viviana Veloz de candidata a la Vicepresidencia, en binomio con Arauz o Rabascall, es una jugada política audaz, pero también de soberbia que pone al desnudo a un opaco líder que estaría diciendo… “Después de mi el diluvio…”
La clásica definición de la soberbia dice que, muchas veces, es llamada también vanidad, orgullo o arrogancia, pero como quiera llamársela se la considera como el pecado fundamental y la madre de todos los vicios, ideas que abona a nuestro planteamiento de que la soberbia supone ORGULLO, porque implica un deseo de controlar situaciones y un exceso de seguridad en las habilidades muy propias, como una visión de uno mismo de que es merecedor del éxito; pero que, sin embargo, con frecuencia, termina convirtiéndose en un mecanismo de compensación para la implícita inseguridad y la baja seguridad en uno mismo.
De acuerdo al calendario electoral, después de mañana tendremos del CNE la nómina de los candidatos presidenciales de agosto y será entonces posible analizar sus programas de gobierno y sus proyecciones electorales. Sin embargo, estamos en capacidad de tomar ideas y pronunciamiento sueltos, lanzados al viento, para elaborar nuestro propio punto de vista, como aquella afirmación muy repetida, dicha entre temores y confianza: ¡Si Correa escoge a un burro con corbata como candidato, gana la presidencia!... Absurda e ilógica la afirmación, aunque la digan los politólogos de nuevo cuño que están acostumbrándose a la aborregada mentalidad tarrinera de los trollers.
Rafael Correa, más que la Revolución Ciudadana como movimiento político, corre por imponer a su candidato presidencial para estas elecciones llamadas “exprés” porque sabemos que en el sistema electoral ecuatoriano NO funciona la selección de los candidatos en elecciones primarias y más bien es otra ficción democrática. Debe ser duro para él la nominación sabiendo que no puede equivocarse entre la capacidad y la fidelidad: Tiene cuatro nombres, dos mujeres (Viviana Veloz y Luisa González) y dos hombres (Andrés Arauz y Carlos Rabascall), aunque no aparezcan sus mejores cuadros porque están prófugos de la justicia, autoexiliados o marginados del grupo de poder que decide con él.
Ellos están plenamente conscientes que la votación dura o cautiva no va más allá de un 23%, aunque en los mejores momentos el correato pudo haber dispuesto de un 30% de las votaciones. Las cifras de los comicios de febrero fríamente analizadas así lo explican y el “fenómeno Guayaquil” NO se debe a la credibilidad del correato, sino más bien al fracaso socialcristiano personalizado en Cinthya Viteri y Susana González.
Por otro lado, el Gurú de Bélgica se resiste minar su propia imagen en estas elecciones atípicas porque sabe –a más de estar seguro—que no hay dinero en las arcas del Estado que le garanticen gobernabilidad y porque está por conocerse el Tercer Insumo de la negociación trucha de los helicópteros TRUV en que será revelada su personal responsabilidad en el asesinato del general Gabela y porque NO podrá detener los esfuerzos de los organismo internacionales que proyectan un programa para detener el envío de drogas a USA y Europa desde Ecuador, además del potencial desastre del fenómeno del Niño.
Aunque el propio Correa y sus adláteres en el país gritaban que el presidente Lasso decretara la “Muerte cruzada” –porque siempre creyeron que no lo haría por pusilánime—su vigencia temprana no les dio tiempo para actualizar sus cuadros, lo que los ha llevado a volver sus ojos a Arauz y Rabascall, a quienes los considera útiles pero desgastados por plantear la desdolarización antes de llegar al poder y porque sigue apareciendo la corrupción escondida.
Además, el juicio político contra Lasso, quien confirmó que en tres ocasiones quisieron asestarle un golpe de Estado, desgastó por igual a la Revolución Ciudadana y a Nebot con lo que le queda del PSC al mantener una escalada diaria de violencia legislativa y violación a la institucionalidad republicana, a tal punto que el país respiró tranquilidad con la “Muerte Cruzada” y celebró que haya sido derrocada la Asamblea Nacional transformada en un albañal.
Por estas consideraciones es que fuentes política usualmente bien informadas insistan en que la ex legisladora Viviana Veloz, quien llevó la peor parte del rechazo ciudadano, será finalmente la candidata a la Vicepresidencia en la República, en binomio con Andrés Arauz, una jugada política totalmente audaz, pero que también muestra soberbia, que pone al desnudo al líder del correato, quien estaría diciendo… “Después de mí, el diluvio”. Esa decisión se ajusta a lo que parece ser este caudillo al que no le importa joder al país para satisfacer su ególatra concupiscencia, que de suyo promueve la impunidad y la corrupción.
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