LOS GOLPISTAS.../ EDITORIAL DE ANTONIO MOLINA CASTRO
-
La Patria boba
Los golpistas…
Por ANTONIO MOLINA
A esta hora que escribo este complemento, --del libro que no puedo cerrar porque los acontecimientos se precipitan de modo vertiginoso-- las escenas de paz y de guerra en el terreno aún son cambiantes, los temores no se diluyen en la población que vive 17 días entre saqueos, cierre de vías y desabastecimiento, a lo que hay que añadir emboscadas armadas a convoyes militares con saldos mortales. Sin embargo, lo positivo es que el país ahora sí conoce quiénes son los golpistas, quienes siempre estuvieron atentando contra la democracia.
En el escenario político: fracasó la intención de destituir al Presidente de la República jurídica y democráticamente elegido por el pueblo (abril del 2021), pero fue develado el plan Golpista que orquestaron las fuerzas del correísmo, aún instaladas en el aparato estatal y en la burocracia de los órganos seccionales. Rafael Correa y Ricardo Patiño, amigos íntimos de invertida relación, con mucho tiempo de antelación habían preparado el Golpe de Estado, utilizando para ello una fuerza –la indígena, incluyendo la CONAIE y Pachakutik—que no les era desconocida, porque la enfrentaron radicalmente cuando fueron el Gobierno de la llamada “Revolución Ciudadana”. Ahora, comulgaron con ella.
Más que la experiencia adquirida por Leonidas Iza en la insurgencia de octubre del 2019, cuando arrasó Quito, los indígenas terminaron absorbidos por el Correato en los dictados de dos libros que parecen anodinos, pero que son complementarios –“Estallido”, de Iza y “Ecuador: de Banana republic a la no república”, de Correa—donde están trazadas las líneas fundamentales de un gobierno marxista – mariateguista con un capitalismo de Estado, un romántico socialismo tercermundista parecido al implantando por Xi Jinpinp en China. Limadas las asperezas ideológicas todo se enfiló hacia Quito: Hombres, vehículos, vituallas y dinero, receptado en México por las transnacionales del crimen político y los carteles de la droga. Lo acordado: Todo debía estallar entre el 13 y 16 de junio.
Era como el “Retorno de los brujos” de Louis Pauwels y Jacques Bergier, creadores del “realismo fantástico”, que une esoterismo y populismo, del tipo haitiano como el de Papa Doc y encuentran explicación al nazismo de Hitler, pero nuestros brujos necesitaban de 92 votos para mandar a Lasso a su casa o a su banco; sólo pudieron lograr 84 votos, con amenazas y chantajes, por más que recontaron los votos una y otra vez, hasta la medianoche del 28 de junio.
Pero valió la pena el suspenso que despertó esa desprestigiada Asamblea Nacional, convertida en un verdadero albañal, donde los legisladores leían textos ajenos que no pudieron memorizar, y cuando lo hacían con palabras propias decían un sartal de pendejadas… A más del asco que produce esa mediocridad, tengo una profunda decepción porque es –sin ninguna duda—el peor parlamento del Ecuador de los últimos 60 años de vida republicana.
Está claro que Rafael Correa está consciente que su “discurso político” está por los suelos porque los hechos recientes revelan que es lo que siempre negó: un redomado delincuente que asaltó las arcas del país, que organizó una pandilla de rufianes que vive auto exiliada en México y otras naciones (incluida una ex ministra que NO puede abandonar la embajada de Argentina), que hace esfuerzos políticos sobrehumanos para incinerar los procesos penales incoados en su contra por robos y crímenes cometidos. No se puede, NO funka el lawfare…
No hay ninguna exageración. Cualquier hombre de bien se quedaría junto a su familia y en paz con su conciencia, pero él –sólo él-- prefirió cambiar su discurso de perseguido político por el de golpista y andar persiguiendo la inmolación, como la de don Eloy Alfaro, el manabita líder del liberalismo que él pretendió convertirlo en el primer socialista ecuatoriano.
I como los golpistas triunfalistas NO postergan celebraciones, Correa – Patiño tenían montado (para este 16 de junio) el tinglado en Quito, en la avenida de Los Shirys, para celebrar el ascenso al poder de Iza y sus predestinados, acto de masas que tenía como invitados especiales al propio Rafael Correa, a Daniel Ortega, de Nicaragua; Nicolás Maduro, de Venezuela y Alberto Fernández, de Argentina. Iza pretendía izar su imagen en el podio de la Patria grande, a donde no alcanzó a llegar –esta vez-- por no escuchar al pueblo, que sabiamente dice “el que mucho abarca, poco aprieta” debiendo, en consecuencia, quedarse por algún tiempo “sin pan ni pedazos”.
Comentarios
Publicar un comentario