LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL TIENE QUE DAR UN NUEVO GIRO

 
 
 
                                                               Dr. Francisco Morán Peña, rector de la Universidad de Guayaquil

 
LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL TIENE QUE DAR UN NUEVO GIRO
 
Con la salida de Jenny Villegas Solís, una de las personas influyentes de la “Era Passailaigue”, aquella funcionaria prepotente que se creyó intocable, que vociferaba en su oficina y en todas partes, que hasta el rector, Francisco Morán Peña, tenía que hacerle caso en todas sus decisiones, porque después del discapacitado interventor, ella era la heredera y se consideraba la “dueña y señora absoluta” de la Universidad de Guayaquil.
 
Hoy ya no está la mujer que tanto daño le hizo a los jubilados docentes, empleados y trabajadores que sacrificaron todo su tiempo, hasta envejecer, en una institución que les negó -porque a ella le dio la gana- los derechos de percibir una jubilación complementaria o patronal, por colaborar más de 30 y 40 años, con el engrandecimiento de la primera universidad del país.
 
La insolente y mala funcionaria, que se atrevió a cambiar el sistema de admisión para los que participaban en concursos de merecimientos, valiéndose de artimañas, solo dio nombramientos “provisionales” a quienes eran de su “argolla” y al resto los dejo fuera y tuvieron que valerse de derechos de protección ante un juez para continuar en sus empleos.
 
Lo mismo pasó con los docentes. Ahora el nuevo método es, contratar al personal de profesores cada 6 meses, mientras dure el periodo lectivo, perjudicándolos con las aportaciones al IESS, pues, imagínense, cuantos meses pierde el asegurado hasta que le den el nuevo contrato, que es como empezar de cero y eso si es que se lo aprobaba la mencionada señora.
 

Jamás se vio tanta mañosería en la Universidad de Guayaquil, y esto es vox populi. Un ejemplo, en los pasillos de la administración central cuentan que se cobraba por nombramientos y contratos, mismos que algunos denunciaron lo que sucedía en el interior del Alma Mater, pero nadie creía, porque la “dueña” descalificaba estas aseveraciones, diciendo que provenían de los “opositores a Paquito”, pero creyeron cuando varios profesores de la Facultad de Ciencias Médicas se tomaron las redes sociales para denunciar las sinvergüencerías en el área de personal.
 
Muchos jubilados han fallecido esperando las liquidaciones de la jubilación complementaria, la susodicha sólo pagó a algunos recomendados de su alrededor, claro, cobrando por “el favor a medias” porque después hizo público un listado de quienes tenían que devolver lo percibido, caso contrario serían glosado por la Contraloría General del Estado.
 
Paquito tiene que poner su gente de confianza en todos los departamentos de la Universidad de Guayaquil, eso tenía que haberlo hecho cuando se posesionó; no es tarde, recién lleva un año de gobierno; tome en cuenta los reclamos de los jubilados y haga justicia con los maestros despedidos, que Dios le iluminará para que brinde bienestar a la comunidad universitaria que demanda cambios positivos para el futuro.

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