QUERIENDO SER DIOS.../ EDITORIAL DE ANTONIO MOLINA CASTRO SOBRE EL GOBERNANTE RUSO
El día que Putin ascendía el poder en Rusia en mayo del 2000.
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La Patria boba
Queriendo ser Dios…
· El gobernante que amasó US$ 200 mil millones simplemente sumando y restando
Por ANTONIO MOLINA
Que los politólogos criollos, expertos en geopolítica y entendidos en los negocios de los “perros de la guerra” analicen y nos expliquen causas y efectos de la invasión militar de Rusia a Ucrania, porque a nosotros nos apasiona cómo un humilde hombre de Leningrado, que nacido en 1952 en la era soviética fue labrando su destino con solamente sumar y restar, al punto de amasar así una fortuna estimada en US$ 200 MIL MILLONES, de la que disfruta ahora en la era rusa.
Tras la caída de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) en 1991 el cambio de sistema político, de socialista a liberal, fue traumáticamente desconcertante. Las élites burguesas que nunca desaparecieron con el socialismo aprovecharon la transición comprando a la baja las empresas estatales que vendió Boris Yeltsin y uno de los grupos con mayor poder de compra –calculando el futuro-- adhirió a Vladimir Putin, quien interinamente asumió la Presidencia tras la renuncia de Yeltsin en1999.
El sueldo del presidente de Rusia es bajo en relación a los que perciben los mandatarios europeos. Según el Kremlin, esta cuantía asciende a los 118.000 euros al año; pero, el economista sueco Anders Aslund, autor de “Russia Crony Capitalism”, afirma que la fortuna de Putin proviene de ascender y colocar a personas de su confianza –como ex compañeros de la KGB-- en posiciones de poder, otorgándoles contratos gubernamentales o propiedad de empresas a cambio de un “pequeño” agio, o coima como decimos los ecuatorianos. Después de haber estudiado durante años lo que él mismo denomina como “el sistema cleptocrático-mafioso ruso”, Aslund ha llegado a la conclusión de que cada familiar, cada amigo de la infancia, cada guardaespaldas y cada antiguo compañero del KGB que se codea con el presidente, tiene en su haber entre los 500 millones y los 2.000 millones de dólares.
Bill Browder, cofundador “del fondo de inversiones Hermitage Capital Management, a través de la cual se hacía el “reparto” con los amigos de Putin, reaccionó por la creciente demanda de ingresar a sus sociedades. Putin se volvió contra él en el 2005, le expulsó de Rusia acusándole de ser “una amenaza a la seguridad nacional”. Sin embargo, Browder explicó el sistema de Putin que aparentaba ser un contrato comercial: “Me das el 50% de tu riqueza y te dejo quedarte con el otro 50%” (...) “Si no lo haces, tomaré el 100% de tu riqueza y te meteré en la cárcel”, una simple cuestión de suma y resta, explicaba el fundador de esa plataforma financiera.
Aunque eran negocios, nunca dejaron de ser mafiosos. Por ejemplo, tenemos el caso Boris Nemtsov, quien fue viceprimer ministro del Gobierno de Boris Yeltsin y efectuaba una investigación sobre los bienes de Putin, en el 2015. Fue asesinado a tiros en el centro de Moscú cuando paseaba con su mujer junto al Kremlin, exactamente en el puente tras de la catedral de la Plaza Roja. Nemtsov murió, pero sobrevivió el dossier con la investigación: el presidente ruso tenía en propiedad multitud de jets privados, helicópteros y yates de lujo.
Cuando su abogado, Sergei Magnitsky, investigó el incidente y destapó un fraude masivo que involucraba a funcionarios del Gobierno ruso en el robo de 230 millones de dólares de dinero público, fue encarcelado sin juicio, torturado y declarado muerto días más tarde. Otro opositor, esta vez Alexei Navalni, denunció que el jefe del Kremlin se había construido un mega palacio “secreto” con 1,300 millones de euros procedentes de la malversación de dinero público.
Su antiguo compañero de judo, Arkady Rotenberg, ha acumulado en su entorno 7 mil millones de dólares en los últimos años, todo gracias a la concesión de contratos estatales. O el caso de Igor Sechin, al que denominan “Darth Vader”, que pasó de las filas del KGB a dirigir la petrolera estatal rusa, Rosneft. Mijail Jodorkovski, es otro de los oligarcas rusos que dejó de pertenecer al círculo de Putin. En el año 2002, su empresa, Yukos, controlaba el 17% de la producción de petróleo del país y su fortuna personal alcanzaba los 3.700 millones de dólares, que le convertía en el hombre más rico de Rusia de aquel momento.
Nunca se podrá determinar con exactitud el patrimonio neto de Putin, se habla 70 mil, 130 mil y 200 mil millones de dólares. El analista político Stanislav Belkovsky, que la estima en 70 mil millones, dice que, además, controla una participación del 4,5% de la energética Gazprom, el 37% de la petrolera Surgutneftegaz y el 50% en las empresas del Grupo Gunvor (también dedicadas al comercio energético), dirigida por otro de los amigos de Putin, Gennady Timchenko.
¿Tantos millones mal habidos son necesario para creerse Dios, dueño del planeta Tierra, desatar una guerra, asesinar a inocentes seres humanos y pretender poner de rodillas a la Humanidad?
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