DEPORTE MACABRO ... /EDITORIAL DE ANTONIO MOLINA SOBRE SUCESOS EN LA PENITENCIARÍA
La Patria boba
Deporte macabro…
Por ANTONIO MOLINA
El Estado ecuatoriano carece de política carcelaria, así de simple. Tanto es cierta esta afirmación que el presidente de la República, Guillermo Lasso, tuvo que dejar pasar 70 días calendario para firmar este 29 de septiembre el decreto de <<excepción>> que él mismo había anunciado el 22 de julio pasado, cuando en las cárceles del país estalló un amotinamiento de reclusos por la disputa del control delictivo del país. Tan simple es este olvido que el mandatario, queriendo responder a una exigencia nacional anunció ese 22 de julio la declaratoria de emergencia, con la designación de Fausto Cobo como director del SNAI y la erogación de 70 millones de dólares para enfrentar la situación.
Hoy el país confirma que el deporte macabro (jugar mini - fútbol con una cabeza humana) continuará en los patios de los reclusorios; que recién la Policía retomó el control de la Penitenciaría del Litoral; que se reunió en Guayaquil la jerarquía nacional de la seguridad pública bajo la presidencia del mandatario, aunque en las ciudades del Ecuador el temor creciente siga amenazante y la delincuencia continúe atacándonos con mayor fuerza que la pandemia. Sin embargo, más macabra que el mini fútbol de las cárceles es la unión Carteles – Banca – Políticos.
En estos momentos nos sirve de poco o de nada encontrar culpables, aunque nos duela que los últimos hechos confirman que los gobiernos –desde inicio del siglo XXI-- no escucharon las advertencias del avance agigantado de los Carteles internacionales de la droga, de sus negocios mafiosos y de los contactos con los políticos y administradores de la cosa pública con los capos colombianos, mexicanos y peruanos.
Esos capos ahora <<le hacen>> a la política, tienen suficiente dinero para montar emporios comunicacionales, comprar y pagar bien a renombrados abogados, desnivelar la balanza de la justicia con jueces y fiscales propios, disponer de legisladores y de filtrar a sus expertos en los mismos entes de control del Estado.
La fiscalía del Estado no <<quiso>> aceptar la denuncia de un presidente de la República contra banqueros que <<se rifaron>> la deuda externa a cambio de regulaciones de la desaparecida Junta Monetaria que facilitaron el blanqueo del dinero sucio del narcotráfico internacional. Las regulaciones siguen vigentes y <<han sido mejoradas>> para su aplicación en el territorio, convertido en una gran lavandería continental.
Se olvidaron de Angostura, de la operación Fénix, de Raúl Reyes, de las FARC, de su aporte a los políticos ecuatorianos, incluyendo a presidentes y candidatos presidenciales. No recuerdan el Informe de la Comisión que estudió y analizó este tema y que concluyó que <<Ecuador se convertirá en un narco Estado sino hacemos nada>>. ¡Nada hicimos!
No necesitamos ser psicólogos, politólogos o sociólogos para valorar la situación de esos <<niños hacheros>> con la mona en la cabeza, obnubilados y con la mirada extraviada para saber que Ecuador perdió íntegramente a una generación, gracias a la Tabla de Consumo que aún rige, que se la mantiene por sostener pusilanemente que echarla abajo sería criminalizar la adicción.
¿Cuántos niños viven en las cárceles junto a sus madres presas?... ¿Cuántos arranchadores de celulares están junto a criminales avezados porque no tienen cómo costearse una celda <<menos peligrosa>>? Nada es gratis allá adentro: el banquero (que sí los hay, uno en cada piso) presta desde 5 hasta 50 o 100 mil dólares en efectivo y sin garante; la garantía es la vida. Usted está entendiendo por qué tantas armas ingresan a la Penitenciaría: Por una pistola se paga 2.000, 3.000 por una granada y 5.000 por un fusil, frente a lo cual tenemos sueldos miserables para los guías, policías y militares que ya han sido capturados entregando esos insumos del terror.
¿Y la rehabilitación (palabra prohibida) de esos seres miserables, para cuándo?... Hay propuestas en el papel y sus resultados, obviamente, se presentan distantes, nosotros mejor esperaremos que se dé el pitazo final del juego macabro.
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